martes, 16 de septiembre de 2014

TERRIBILITÀ Y AFECTO NEGATIVO



La terribilità comprende un término artístico que define la singular genialidad de Miguel Ángel y que bien puede apreciarse en sus creaciones. Se cree que las obras de este importantísimo artista del Cinquecento reflejaban el fuerte temperamento y estilo cambiante y exaltado (terrible) que él mismo poseía, y que sus obras también eran capaces de transmitir. Más tarde se extendería a otras creaciones y artistas, aflorando así una nueva corriente artística (manierismo) que representaría el carácter y la pasión de una escultura emocionalmente vital.



Sin embargo, lejos de lo que el arte interpretó como una característica hermosa y magnífica para su ámbito de actuación, por ejemplo en el caso del David, la interpretación que la psicología hace del afecto negativo que en ocasiones se deja ver en la Terrbilità en bien distinta, estando además, científicamente probada.


Y es que en efecto, las emociones nos dan vida, tal y como ya las entendiera Miguel Ángel Buonarroti, vida y experiencia sin duda, pero unas más que otras si se dan de una manera disfuncional. Así, estados mantenidos como la ira, la agonía, o la pena, pese a dar más vida a estas esculturas, a nosotros más bien nos perjudica poniendo en riesgo nuestra salud y no teniendo además que llegar a convertirse en un trastorno para ello.



Así, desde la psicología, un temperamento negativo u hostil es bien conocido por las elevadas correlaciones que muestra con trastornos y/o síntomas psicopatológicos. Ejemplo de ello son los elevados riesgos cardiovasculares que se encuentran en personas con un estado de afecto negativo y hostil permanente, con mayor predisposición también a desarrollar trastornos psicológicos. Es lo que en nuestra área de actuación conocemos como "patrón de conducta tipo A".



Un patrón tipo A es característico de una persona permanentemente activa, con un gran número de objetivos y ambiciones, muy competitiva y con estrategias de respuesta hostiles frente al medio. Parece que siempre vayan con prisa y que no les importe nadie salvo ellos mismos y sus objetivos. Son personas que suelen obtener grandes resultados en un período breve de tiempo, sin embargo, junto con estos resultados sus riesgos de salud crecen exponencialmente debido a su afecto negativo constante.


Concretamente, el carácter crónicamente activo y hostil hará que el sistema circulatorio tenga más cambios bruscos de tensión y con mayor asiduidad, entre otros, como respuesta del organismo al bombear más sangre para llevar mayor cantidad de oxígeno a unos músculos que se preparan constantemente para la acción. Este hecho y otros más complejos, finalmente repercutirán en un mayor deterioro del sistema circulatorio con el consiguiente riesgo cardiovascular. 


Además de éstos, el patrón tipo A también tiene predisposición a sufrir otros efectos negativos en la salud, que aunque de manera más indirecta, pueden ser igualmente dañinos a largo plazo, como son el deterioro de las relaciones familiares y de pareja o el aislamiento en las relaciones de amistad que finalmente terminarán por excluir a estas personas dado su carácter competitivo y adverso en constante hipervigilancia. 


La falta de apoyo y estabilidad social, añadidos a otros problemas resultantes de sus estrategias de afrontamiento agresivas, finalmente puede predisponerles a síntomas tales como estados de ansiedad, problemas de sueño y en definitiva todo tipo de síntomas relacionados con el estrés mantenido.


Sin embargo y afortunadamente, el "patrón de conducta tipo A" es más la excepción que la norma, existiendo hoy día gran concienciación a este respecto que se traduce en programas orientados a su prevención y/o control.

Y es que como vemos, las emociones negativas, pese a tener una función imprescindible en nuestro desarrollo diario, si se mantienen a largo plazo puede derivar en riesgos para la salud, que lejos de compensar sus beneficios, pueden incluso anularlos. 


En este punto, las emociones positivas son siempre una buena opción a largo plazo. La risa, la sonrisa, un experiencia placentera o un "no pasa nada" a tiempo, actuarán como efecto amortiguador sobre los riesgos en la salud de un afecto negativo que no haya sido muy prolongado, es más, beneficiará además directamente la salud al favorecer funcionalmente a todo nuestro organismo. Y más allá de éste, ayudará en el establecimiento y mantenimiento de las relaciones sociales, que también han demostrado proteger la salud psicológica y física del ser humano.


Por lo que finalmente cabe plantearse si un estilo de vida ambicioso, apresurado y hostil, realmente es el idóneo para afrontar nuestro día a día, nuestros negocios, nuestras relaciones o nuestros sueños. O sí por el contrario, nos sale más a cuenta apreciarlo de lejos en la hermosa Terribilità de Miguel Ángel, y de paso, regalarle a nuestros sentidos una siempre beneficiosa experiencia positiva.

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