jueves, 18 de agosto de 2016

PERROS AYUDAN A REDUCIR EL TEMOR AL DENTISTA



Hora de ir al dentista… ¿A quién le apetece? 

Comienzan a revolotearte algunas mariposas en el estómago (más si la cosa se intuye dolorosa…), y ya al entrar nos inunda ese olor penetrante a eugenol (según nos han dicho que se llama…) que nos recuerda toda la serie de artilugios que éste utilizará para tratar nuestros problemas dentales: Desde los que hacen ruido, a los que vibran, las inyecciones, etc… Y todo ello impregnado de una incertidumbre total a saber qué nos deparará el futuro dental una vez abramos la boca, que es por cierto, la clave del desarrollo del conocido temor al odontólogo. 

Y es que, en un grado u otro, ir al dentista es de las visitas que a las personas más nos cuesta hacer. Desde los más grandes, a lo más pequeños. Y  ya sea de manera preventiva como interventiva. Pues es una de las ramas de la medicina que a través de la incertidumbre al dolor más pone a prueba nuestra ansiedad incluso tratándose de una inofensiva revisión anual.


No obstante, desde el ámbito psicológico están bien establecidas las terapias dirigidas a tratar esta fobia, ya sea en casos más leves, como en sus formas más extremas, y sin embargo, son muy escasos los casos de pacientes que se animan a trabajar en su problema psicodental. Siendo paradójico incluso, que sea la fobia que en su grado más leve, más personas sufren. Tanto es así, que no es de extrañar que la disciplina no pare de buscar nuevas formas terapéuticas que cuiden del bienestar de las personas en este ámbito “psicodental”.


Esto mismo se propusieron psicólogos y odontólogos de la UANL, en México, esto es, sensibilizar a las personas en general, y a los más pequeños en particular, la adherencia al tratamiento de prevención dental y en su caso si lo hubiera, la adherencia al tratamiento dental en sí mismo.


¿Cómo? Pues a través del apoyo incondicional que sólo los perros por su carácter y sociabilidad nos pueden ofrecer. Para ello, llevaron a cabo un estudio en el que Serafina, Cano, Olga y Kebani, cuatro perros entrenados desde cachorros para tal fin, acompañaron a diferentes pacientes en la realización de una limpieza bucal totalmente gratuita, lo que por otro lado garantizó una amplia muestra de participantes para el estudio.


Las hipótesis que subyacen al estudio, no son otras que la de reducir el foco atencional por un lado, y por otro, proporcionar al paciente la liberación de diferentes analgésicos naturales de las personas, como las endorfinas y/o la oxitocina, que se segregan en el contacto social y que ayudan a reducir sustancialmente el dolor. De esta manera, no sólo los pacientes son menos sensibles a las pequeñas molestias de la intervención, sino que además, tendrían menos recursos disponibles para atenderlas. Lo que en suma, se esperaba que redujera significativamente el nivel de ansiedad durante la intervención.


Así, desde un entorno cuidado y supervisado por los adiestradores caninos, los perros más grandes como Cano que es un labrador se tumbaron en el suelo, mientras que los más pequeños como Olga, se tumbaron con el paciente en su mismo regazo. De esta manera sencilla, siempre al alcance de la caricia y de algún premio si al paciente le apetecía darlo, comprobaron que, el apoyo casi desapercibido pero no menos importante de estos canes disminuyó significativamente la presión arterial de los participantes, entre otras medidas de estrés evaluadas, y en definitiva se consiguió reducir significativamente la ansiedad de estos frente al tratamiento bucodental.  Destacar, que los participantes de este estudio están siendo (puesto que la investigación sigue abierta) en su mayoría niños de diferentes edades, lo que mejora sustancialmente el pronóstico de esta herramienta prodental.


Y es que, si desde la psicología como ya comentábamos antes, están bien establecidos los mecanismos de tratamiento para esta fobia, no estaría nada mal, mejorarlos con esta herramienta asequible y de gran valor, que promete mejorar no sólo la adherencia a los tratamientos odontológicos, sino estos tratamientos en sí mismos que de otro modo muchísima gente pospone y empeora en consecuencia.


No obstante, y a pesar de que la terapia con animales se muestra muy ambiciosa en todos los ámbitos de la salud, el presente estudio es una investigación científica que aún permanece abierta, en busca de un mayor número de resultados, y que de ser buenos como lo están siendo, necesitarán sin duda de más comprobaciones aún para verificar si, efectivamente, esta herramienta es válida para su uso coadyuvante en el tratamiento psicológico de la fobia dental e incluirla por tanto en el acervo de tratamientos psicológicos eficaces.


De cualquier forma… No me digáis que ahora más que nunca y en vista de los nuevos estudios que salen a la luz casi a diario con perros (si es que no lo sabíamos ya…) que quien tiene un amigo de 4 patas, tiene un tesoro!!


Patricia Merino López

PD.: Para más información, échale un vistazo a la historia de Humphrey, el perro que trabaja en el dentista ;)  http://www.schnauzi.com/humphrey-perro-ayuda-pacientes-miedo-dentista/